domingo, 24 de marzo de 2024

Emociones

 Es innegable que la experiencia humana es dolorosa

si en algún momento antes de ser humanos elegimos esta experiencia

creo que nos vimos seducidos por la complejidad de lo que significa tal aprendizaje

y si no fue así, creo que hemos sido estafados o condenados.

Acaso en esta experiencia debemos aprender a aceptar el dolor?

es como si viniéramos a aprender de las emociones negativas 

partiendo que estas en su existencia son mayoría 

venimos a sentir, pero hay quienes por protegerse lo han dejado de hacer

pero de igual manera el no sentir trae las consecuencias que te orillan a si sentir.

Será que de cierta forma tenemos a un personaje masoquista oculto en nuestro interior?

porque quien no se permite sentir está coartando su propia liberación y purga.

Será que por otro lado existe otro personaje oculto que disfruta sentir?

es quien nos orilla a situaciones límite y disfruta del dolor 

y la alegría de ser capaz de encarar al sufrimiento.  

Será que tememos sentir tanto que creemos que llegaremos a morir?

creo que tendríamos razón en ese sentido 

porque cada vez que nos atrevemos a sentir con intensidad y honestidad mueren las fachadas

y con ellas un seguidillo de otras situaciones que no podemos seguir ocultando ni sosteniendo

poco a poco va muriendo una parte de nosotros.

Es natural querer protegerse del dolor y de la muerte para sobrevivir

pero también estos últimos son naturales e inevitables

necesarios para renacer.







 

domingo, 11 de febrero de 2024

Cambios

Quiero comenzar este párrafo recordando que el año 2023 no escribí ninguna reflexión aquí. Después de las últimas cosas que escribí hablando sobre la muerte, inesperadamente tuve un problema de salud que me llevó a estar internada en la UTI con riesgo vital en diciembre del año 2022. Desde ese momento nada volvió a ser igual, tuve un cambio de vida muy fuerte, además atravesé una muerte interna que se sintió desgarradora pero que me hizo ser valiente y tomar decisiones importantes. Tuve cambios y transformaciones de vida que fueron dándole muerte a una Anaís que venía caducando desde hace ya un tiempo. La mujer que soy ahora es capaz de reconocer la oscuridad y la luz que hay adentro de mi, no va a ser tan fácil derribarme como antes porque sé quien soy, sé desde dónde vivo y hago las cosas. Antes vivía desde las mascaras que utilicé para poder sobrevivir, pero es que ya no quiero sobrevivir quiero comenzar a vivir y sacarme el peso que yo misma ponía sobre mi y ser yo misma. El costo de ser yo misma significó dejar un trabajo que me hacía infeliz, comunicar cuando algo no me agrada y poner límites, exponer mi verdad, dedicarme a hacer lo que realmente me gusta, soltar y dejar atrás cuestiones que no puedo controlar ni hacerme ninguna expectativa, entre otras cosas. 

En el día de hoy sigo trabajando en mi, sigo sosteniéndome, cuidándome, poniéndome en primer lugar, amándome porque nadie lo hará mejor que yo. Soy la única que me conoce bien, la única que decide por mi, persigo una vida coherente con quien soy, fiel a mi.